Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Tiempo de vuvuzelas...

13/6/10 | |

...y de increíble música africana, gracias a Awesome tapes from Africa.
A la izquierda, una bonita fotografía hallada en El Mundo deportivo.

Juego de locos

A medida que voy envejeciendo ¡qué cerca veo los recuerdos viejos! Mi padre era un gran caminador. Siendo yo niño, todos los domingos me llevaba a pasear por la Gran Aldea. Un día nos detuvimos frente a un terreno -a los fondos del manicomio- o sea la “Convalecencia”.
Varios muchachos rubios y fornidos corrían detrás de una pelota que a mí me dio la sensación de que era enorme (soy del tiempo de la bolita). Puse el oído: hablaban en inglés. Mi padre me explicó:
- A este hermoso ejercicio físico de los británicos se le llama fútbol.

Dos hombres que parecían guardianes del manicomio se detuvieron para contemplar el espectáculo. Uno de ellos le preguntó al compañero:
- Se pelean por una pelota. ¿Quiénes son?
- Ingleses. Es un juego de locos.
 Juan José De Soiza Reilly.