Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Diccionario futbolero, por Guillermo Sheridan

5/7/10 | |

Diccionario futbolero

Se llama “botepronto” cuando el pie patea el balón un instante después de que éste ha rebotado en el césped, doblando con la patada su sinergia detonante. Nunca es más feliz un pie que cuando hace botepronto. Botepronto es palabra-antojito, prende a las papilas gustativas y deja buen sabor de boca. Cuando dice botepronto, la boca hace uno: bote es el balón de los labios; pron es la lengua convertida en pie y onto es su viaje por el aire. Debería haber más palabras así: tornatobillo, clavamarco, giranalga.

“Rifarse el físico” es frase de gazné, tiene ese estilacho de padrote lujosón. Cuando se deja venir el goleador, armado de velocidad, tacos y músculos, el guardameta se lanza a sus piernas convertido en muralla. Su única defensa es lo que en la jerga futbolera especializada se conoce como “el hocico”. A la afición se le corta el aliento. Todo se suspende. El resultado puede ser una lluvia de molares y parietales. Sucede el encontronazo. Sea cual fuere el resultado, se dice con respeto: "¡Se rifó el físico!"

El “estilacho” es cierto berbiquí en el gambeteo, un quiebre cinturita, una afectación en el modito de torcer el empeine o colgar la manita. Es esa zona en la que la eficiencia se decora con un dandismo sangrón, como de diplomático estrenado.
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Texto encontrado en la revista Letras Libres.
Fotografía de Menelaos Vasiliou.