Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Annelie en Pasto

19/10/10 | |

Deseo insatisfecho

Una mujer de Atzbach fue muerta por su marido porque, en opinión de este, se había puesto a salvo de su casa en llamas con el niño equivocado. No había salvado a su hijo de ocho años, para el que el marido proyectaba algo especial, sino a su hija, a la que el marido no quería. Cuando, ante el tribunal de distrito de Wels, le preguntaron al hombre que era lo que proyectaba para su hijo que quedó totalmente carbonizado en el incendio, el hombre respondió que quería hacer de él un anarquista y asesino a manos llenas que aniquilase a la dictadura y, por consiguiente, al Estado.

Thomas Bernhard.
El imitador de voces. Editorial Alfaguara.
A la izquierda, fotografía de Annelie Franke (Alemania), una de las invitadas a Iluztra 2010.