Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Dead end y Mama Rosa

14/11/12 | |

Tiene la rara consagración de esas mujeres que pasaron por todo, que conocieron profundamente el vicio y la tragedia: Su nombre es casi inmortal: Le rodea un extraño prestigio de leyenda.
Desde muy joven supo consagrarse al placer y vivió sólo para él. En la infancia, cuando las demás mujeres sólo piensan en confesarse y aprender recetas de cocina, ella ya perdió por primera vez la virginidad.
...Por su alcoba desfilaron los más diversos hombres: El intelectual y el imbécil; el estudiante y el militar; el cómico y el ladrón...
Humberto Salvador, fragmento de Mama Rosa.
Ilustración de Norman Saunders.