Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Una gracia suspendida en el aire

20/1/19 | |

Música tenue

Tal vez deberías escribir un poema sobre la gracia.

Cuando todo lo roto está roto,
y todo lo muerto está muerto,
y el héroe se ha visto al espejo con total desprecio
y la heroína ha estudiado implacablemente su rostro y sus
     defectos,
y cuando el dolor que ellos, en su seriedad, pensaban
que podría liberarlos de sí mismos
ha perdido novedad, y no los ha liberado,
y ellos han comenzado a pensar, distante y gentilmente
mientras ven a los otros proseguir con sus días—
sus gustos y disgustos, sus razones, miedos y hábitos—
que el amor propio es el único tallo enclenque de todo brote
     humano,
y han comprendido, entonces,
por qué lo defendieron tan furiosamente todas su vidas,
y que nadie—excepto algún santo casi inconcebible en su pila
de silencio y de pobreza—puede escapar alguna vez de este
     violento y automático
compañero de vida, tal vez entonces, como luz ordinaria,
como música tenue bajo las cosas, aparece una gracia
     suspendida en el aire.

 Fragmento de un poema de Robert Hass, traducción de G.A. Chaves.