Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Enseñando al simio...

2/8/22 | |

 ENSEÑANDO AL SIMIO A ESCRIBIR POEMAS
 
No les fue demasiado difícil
enseñarle al simio a escribir poemas:
primero lo ataron a una silla,
luego le amarraron un lápiz en la mano
(el papel ya había sido asegurado)
Después, el Dr. Bluespire se inclinó sobre su hombro
y le murmuró al oído:
“Te ves como un dios ahí sentado.
¿Por qué no intentas escribir algo?”

JAMES TATE.
Traducción de Andrea Muriel.