Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Un fragmento de James Salter

12/9/23 | |

Barcelona al amanecer. Los hoteles están a oscuras. Todas las grandes avenidas apuntan hacia el mar. 

La ciudad está desierta. Nico duerme. Se halla envuelta con las sábanas retorcidas, con su larga melena, con un brazo desnudo que asoma por debajo de la almohada. Yace inmóvil, ni siquiera respira. 

 En una jaula, que se perfila bajo un cuadrado de seda añil y negra, duerme su pájaro: Kalil. La jaula está en el interior de la chimenea vacía, que han restregado hasta dejar limpia. Hay flores junto a la jaula, y también un cuenco con frutas. Kalil está durmiendo, la cabeza bajo la suavidad del ala.

Un fragmento de Am Strande von Tanger, de James Salter, cuento incluido en Anochecer. Traducción de Antoni Puigros.