Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Un poema de Jorge Teillier

9/9/23 | |

Twilight

Todavía yace bajo el manzano 
el tílburi cansado de los abuelos. 
¿Quién recogerá esas manzanas 
donde aún brilla un sol de otra época? 

El cerco se pudre. 
La ortiga invade al jardín. 
Alguien mira el tílburi 
y apenas lo distingue 
en la luz oscilante 
entre la tarde y la noche. 

Bodas y entierros. 
Una tarde entera luchando contra el barro 
cuando íbamos al pueblo recién fundado. 
Un viaje de ebrios entre la susurrante penumbra 
esquivando las ramas enloquecidas. 
Viajamos y viajamos 
aún sabiendo que todo no puede sino terminar 
en una casa miserable desde donde se mira 
esa luz obstinada en pelear contra la noche. 
 
¿Quién recogerá las manzanas 
donde aún puede vivir un sol de otra época? 
La ortiga invade el jardín. 
El día no alcanza a refugiarse en la casa. 
Para huir de la oscuridad sólo hay un tílburi cansado 
que no se cansa de luchar contra la noche.

Jorge Teillier