EL PESCADO
Está frente a un pescado, pensando en ciertos errores irrevocables que ha cometido hoy. El pescado está cocido, y ella está a solas con él. El pescado es para ella: no hay nadie más en la casa. Pero ha tenido un día problemático. ¿Cómo va a comerse este pescado, que se enfría sobre una superficie de mármol? Y, sin embargo, tampoco el pescado, inmóvil como está, y desprovisto de sus espinas, y despojado de su piel de plata, ha estado nunca tan sólo como en este momento: violado irremediablemente y observado con ojos cansados por esta mujer que ha cometido el último error de la jornada y le ha hecho esto.
Lydia Davis. De Cuentos completos (Seix Barral, 2009). Traducción de Justo Navarro.