Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea.
De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.
PARA ENCONTRAR UNA AGUJA EN UN PAJAR
Sencillo: prende fuego al pajar
lo que quede después entre las cenizas, largo,
longilíneo, menudo,
bruno, firme, diestro en el cuerpo aciago de su metal
esa espiga tuerta con el ojo abierto
donde podría galopar una manada
de camellos para que los ricos mantengan
de par en par abierta
la puerta de los cielos
es la aguja
que buscas.
Rafael Courtoisie.