Es extraño llegar a un lugar que se corresponde contigo, pero al que no perteneces. Reconocer una calle en la que no creciste. Dormir, comer, bañarte en una casa que debió quedar a la vuelta de la tuya. Deambular por un barrio en el que no jugaste. Conversar con gente a la que no conociste. Encontrar un hueco justo de tu tamaño, pero no poder llenarlo. Mi Hermano(H) había llegado esa mañana directo a Córdoba. La casa de la Abuela(AB) no ha cambiado nada, me advirtió al abrir la puerta. Está todo más viejo, eso sí, incluida ella. Más lleno de polvo.
Fragmento de Conjunto vacío, de Verónica Gerber.