Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Automan for the people

28/7/05 | |


Una imagen que bajó Juan Manuel y que nos lleva de vuelta a los gloriosos, casposos, patéticos, excitantes, decadentes e inolvidables 80's... quién se perdió un solo capítulo de este caramelo con sabor a naftalina e historias traídas de los cabellos, escritas seguramente por algún yonqui en ayuno de 5 días.