Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Esa absurda sonrisa satisfecha en mis mujeres fatales

17/4/09 | |

Rubia contra morena: arriba, Gloria Grahame; abajo, Ava Gardner.
Rutina
Se me ha roto algo. No un vaso de cristal que, al resbalarse de las manos, cae al suelo. Ni un desgarrón en una camisa vieja. Ha sido, más bien, un hilo. Un golpe seco, como una pequeña explosión de agujitas y cristales. Y se han ido las ganas. Y he sabido que ayer será exactamente igual que mañana. Y me he quedado ahí, con esa absurda sonrisa satisfecha. Con esa expresión, como de existencia colmada.
Rocío Peñalta Catalán. Colección de pasos.