Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Lady of vengeance, is Stalin alive?

16/4/09 | |

Fue cuestión de mala suerte. No nos pusimos de acuerdo. Yo le cedía el paso y él a mí. Yo se lo volví a ceder y él me hizo seña de que pasara. ¡Parecía que no se fiara! Le volvía a hacer seña y él a mí. Por un momento nos quedamos los dos parados, ¡y justo cuando arranco se le ocurre pasar! Porque llevaba yo el coche. Si llega a ser a la inversa, a ver quién estaría ahora contándolo.
Javier Setó. Soledades, derrotas y otros desconciertos.