Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

A falta de revolución, el amanecer

26/4/09 | |

Arriba, Quizá porque estaba amaneciendo, obra de Luis González Palma.
A falta de revolución
Hay ventanas, verdaderas excusas de guillotina, que ante la menor provocación se abaten sobre desprevenidos ciudadanos, cercenando cuellos y sombreros que luego se quedan solitarios como tortugas en el sueño, pisos abajo, entre turistas de asfaltos y silencios.
Alejandro Bentivoglio