Como una reina
La víspera de dejar yo la ciudad, ella me invitó a cenar. –Fueron tres años, después de todo –dijo. « Tu cuerpo es mi casa», recordé haberle repetido, tantas veces, en aquel tiempo. No sé si ella lo pensó también, en esa casa –y en ese cuerpo- que yo había abandonado días antes. Pero no hubo reproches. Y su cuerpo fue de nuevo mi casa.
Al salir, de madrugada, sólo me dijo: -Cuídate.
Se portó como una reina que, al desterrarlo, hiciera un último regalo a su bufón.
Julio Miranda.
En la imagen: Linda Darnell, fotografía de Edward Clark. Agosto 8 de 1950. Archivo de Life.