Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Sobre las olas, los calamares

3/8/11 | |

Sobre las olas

El día anterior la mujer me encargó la compostura del reloj: pagaría el triple si yo lo entregaba en veinticuatro horas. Era un mecanismo muy extraño, tal vez del siglo XVIII, en cuya parte superior navegaba un velero de plata al ritmo de los segundos.
Toqué en la dirección indicada y la misma anciana salió a abrirme. Me hizo pasar a la sala. Pagó lo estipulado. Le dio cuerda al reloj y ante mis ojos su cuerpo retrocedió en el tiempo y en el espacio, recuperó su belleza –la hermosura de la hechicera condenada siglos atrás por la Inquisición- y subió al barco que, desprendido del reloj, zarpó en la noche, se alejó para siempre del mundo.
Bernard Richardson. El libro de la imaginación.

Cómo se pescan calamares


El calamar tiene ocho brazos que puede replegar sobre su cabeza: de tal modo se esconde de cualquier enemigo. Para protegerse mejor, también suelta un líquido muy negro, la famosa tinta que le sirve para ocultarse al menor peligro.
Cuando los pescadores ven que el agua se pone negra echan la red y así pescan fácilmente a los calamares.
Anónimo chino.
Arriba, imagen encontrada en Pink tentacle.