Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Chao, Liz

24/3/11 | |

Dolores zeugmáticos
Salió por la puerta y de mi vida, llevándose con ella mi amor y su larga cabellera negra.
Guillermo Cabrera Infante.