Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Liz Taylor, carteles de sus películas

25/3/11 | |

Una sola carne
Tan pronto el sacerdote concluyó la frase… y formaréis una sola carne, el novio, excitado, se lanzó a devorar a la novia.
Armando José Sequera.