Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Liz Taylor, carteles de sus películas II

26/3/11 | |

Sirenas

Se acercan las sirenas y el astuto Ulises les ordena a sus hombres: “¡Amarradme al palo mayor, no quiero sucumbir al hechizo de su irresistible canto!”.
Las sirenas pasan, se alejan presurosas porque hubo un incendio y el carro de bomberos y las ambulancias deben llegar a tiempo.
Rosa Beatriz Valdez.
El microrrelato en Tucumán y el noroeste argentino.