Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Infusiones venenosas

30/6/11 | |

Infusiones

Todas las mañanas, discuten por cualquier cosa. Si ella prepara té, él quiere café. Si sirve café, él lo encuentra demasiado dulce, frío o muy pequeño, o se le antoja con leche, o prefiere que le cebe un mate.
Pero, a partir de hoy, ella no quiere discutir más. Satisfará obedientemente todos los gustos de su esposo en el desayuno. Total, cualquiera de las infusiones servirá para esconder el sabor del veneno.
Martín Gardella.

Un disparo

Un disparo corta en dos el aire de la ciudad. Se desploma la mitad izquierda, desprendida de sus centros vitales, derramándose en líquenes sobre el asfalto. La otra mitad huye ululando vientos. No es raro que ya no se pueda ni respirar en Buenos Aires.
Ana María Shua.