Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

La antología de Spoon River (en PDF)

15/8/22 | |

Un libro imperdible: La antología de Spoon River, de Edgar Lee Masters.

La esposa de Charles Bliss

El reverendo Wiley me aconsejó no divorciarme
por el bien de los niños,
y el juez Somers me dio el mismo consejo.
Así que seguimos juntos hasta el fin del camino.
Pero dos de los muchachos le daban la razón,
y dos de los muchachos me daban la razón.
Y los dos de su lado me echaban la culpa
y los dos de mi lado le echaban la culpa.
Y cada pareja se afligía por su preferido,
desgarrados todos de tanto enjuiciamiento,
y el alma triturada de no podernos amar
a los dos.
Pues bien, los jardineros saben que la planta que nace en un sótano,
o bajo las piedras, crece torcida, amarillenta y débil.
Y una madre no debe dar de mamar
leche enferma.
Pero los predicadores y los jueces aconsejan que se críen almas
donde no les da el sol, sino solo media luz,
ni el calor, sino solo frío y humedad—
¡Los predicadores y los jueces!