Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Recepción a un amigo

10/8/22 | |

Recepción a un amigo

Lo sigo,
lo precedo en la voz
porque tengo,
como el humo en despoblado,
vocación de acuarela.
 
Cuénteme
cómo son ahí las cosas de consumo:
 
libros,
rosas,
tintineos de golondrina.
 
Aparte de todo eso
le pregunto
 
por los mangos geológicos
bordeándolo de pulpa,
 
y por un río nuevo,
sin mirarlo,
 
con pueblos de sonido
y longitud de Arcángel.
 
Dígame algo también sobre el pequeño litoral
donde recientemente el día,
como un celeste animal bifronte,
acampó en dos acuarios
y se llenó de peces.
 
O si lo recibieron unánimes los árboles
como cuando eligieron a la primera alondra del año
y el día de florecer.
 
Resúmame ahora que tiemblo
benignamente
detrás de una golondrina,
 
ahora que me proponen públicamente
para desnudo de mariposa
 
y estoy como las rosas
desordenando el aire.

Eunice ODIO (1919-1974), poeta costarricense.