Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

SÁNDOR WEÓRES, poeta húngaro

2/8/24 | |

 TIRANO SENTIMENTAL 

Genghis Kan vuelve a casa, padre de cinco hijos, 
dejando en lo lejano genocidio y saqueo, 
llora por su canario con la pata quebrada 
y continúa regando los lirios de su huerto. 

SÁNDOR WEÓRES