Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

La ciudad

3/5/25 | |

LA CIUDAD 


En la ciudad desierta un hombre piensa en voz baja. El silencio vocifera y apaga el pensar del hombre. El hombre piensa en voz alta. El silencio vocifera y ahoga el pensamiento del hombre. El hombre, sin pensarlo, grita. El silencio, ya afónico se resigna. Los ecos de la ciudad desierta repiten hasta el infinito ese único sonido. El hombre, aunque se ha tapado los oídos con las manos, ya no puede pensar. 

Laura Krauz.