Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

En tratos con el infinito

12/12/12 | |

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—Déjenme tranquilo —dice Luder a sus amigos que lo sorprenden tendido de espaldas en la azotea mirando el cielo estrellado—. Este es uno de los pocos recursos que me quedan para entrar en tratos con el infinito.

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—Quizás sólo en el instante de morir —dice Luder—recibamos la llave del cofre donde está guardado el libro que contiene el secreto de la verdad. Pero ya no podremos transmitir ni la llave, ni el libro, ni el secreto, ni la verdad.

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—Me he dado cuenta que cometo siempre los mismos errores —dice Luder—. Lo que es una gran comodidad: el discurso de arrepentimiento lo tengo ya preparado.

Julio Ramón Ribeyro, DICHOS DE LUDER.
Fotografía de Giovanni Clavijo.