Es como la lluvia en una película muda, o como un barco en el fondo del mar, o como una galería de espejos a la hora de cerrar, o como la tumba del ventrílocuo mundialmente famoso, o como el rostro de la novia cuando se sienta a mear después de hacer el amor toda la noche, o como una camisa secándose en el tendal sin una casa a la vista… Bueno, vas pillando la idea. De 'El monstruo ama su laberinto', Charles SIMIC.

Una historia sobre el cuerpo

16/6/25 | |

Una historia sobre el cuerpo 


El joven compositor, que trabajaba ese verano en una colonia de artistas, la había observado durante una semana. Ella era japonesa, pintora, tenía casi sesenta y él pensó que estaba enamorado de ella. Amaba su trabajo y su trabajo era como la forma en que ella movía su cuerpo, usaba sus manos, lo miraba a los ojos cuando daba respuestas divertidas y consideradas a las preguntas de él. 
Una noche, volviendo de un concierto, llegaron hasta la puerta de su casa y ella se volvió hacia él y dijo: «Creo que te gustaría tenerme. También a mí, pero debo decirte que he sufrido una doble mastectomía». Y cómo él no entendía, aclaró: «He perdido mis dos pechos». 
La radiante sensación que él había llevado consigo en su estómago y en la cavidad de su pecho –como música– se marchitó de pronto y él se obligó a mirarla mientras decía «Lo siento. Creo que no podría».
Volvió a su propia cabaña a través de los pinos, y a la mañana se encontró un pequeño recipiente azul en el porche. Parecía estar lleno de pétalos de rosa, pero cuando lo levantó, vio que los pétalos de rosa estaban arriba; el resto del bol –ella las había barrido, seguramente, de los rincones de su estudio– estaba lleno de abejas muertas. 

Filosofía de los ademanes

15/6/25 | |

FILOSOFÍA DE LOS ADEMANES

Mis versos han descubierto
que las gentes
no valen por sí mismas
en lo físico
sino que son bellas o feas
según como estén construidas
sobre sus ademanes.
Y que los ademanes
son los armazones maravillosos
e invisibles
de los seres humanos.

Luis Vidales.

Equivocación

14/6/25 | |

Equivocación 


Nos embarcamos en el Mediterráneo. Es tan bellamente azul que uno no sabe cuál es el cielo y cuál el mar, por lo que en todas partes de la costa y de los barcos hay letreros que indican en dónde es arriba y en dónde abajo; de otro modo uno puede confundirse. Para no ir más lejos, el otro día, nos contó el capitán que un barco se equivocó, y en lugar de seguir por el mar puso rumbo al cielo; y como el cielo es infinito no ha regresado aún, y nadie sabe en dónde está. 

Karel Capek.

Amputaciones

13/6/25 | |

Amputaciones 


Por haber jugado con el ventilador, la niña tiene la punta amputada del meñique. Desde entonces las tres muñecas, de castigo, tienen el mismo dedo cortado con tijeras.

Dalton Trevisan.

Soledades

12/6/25 | |

Soledades 


Las tardes de domingo la del 5° H llama de urgencia al plomero del consorcio, y le lee poemas. La mujer lo engaña, porque nada fue escrito por ella, sino por Neruda, Ungaretti, Auden o Machado. 
El hombre también miente, inspecciona el waterclos, afirma que los caños del artefacto tienen problemas y escucha los versos mientras simula que está trabajando.

Roberto Perinelli.

Revolucionario del siglo XXI

10/6/25 | |

Revolucionario del siglo XXI 


Incapaz para la acción, su vida fue un continuo sopor, salpicado de siestas y breves cabezadas, sólo interrumpido por las horas del sueño nocturno.

David Roas.

Tamaños

9/6/25 | |

Tamaños 


Cuando mi papá se hace muy grande, caza los aviones con las manos, los hace añicos y me los regala con las alas rotas y el fuselaje partido por la mitad. Cuando se hace chiquitito, se mete en las cuevas de las cucarachas y las ataca con un alfiler de gancho; entonces me las entrega muertas, con el lomo atravesado. Pero cuando se hace normal y vuelve del trabajo, nos dice a todos que discutió con el jefe, viajó apretado en el subterráneo y ni siquiera me trae caramelos.

Roberto Perinelli.

Ayer en el parque

7/6/25 | |

 Ayer en el parque: un culturista en patines, una joven madre empujando un cochecito, un camarero chino al que le apretaban los zapatos, una pareja de enamorados compartiendo un trozo de pizza, una vieja que solía salir con Drácula, un Jesús adolescente con su amigo Elvis, una chica mona con minifalda y botas militares, el tipo solitario que toca el bongo con gafas de sol envolventes. 

Charles Simic.

Rabia o rima

6/6/25 | |

¿EL AMOR, ENTONCES,
también se acaba?
No, que yo sepa.
Lo que sé
es que se transforma
en una materia prima
que la vida se encarga
de transformar en rabia.
O en rima.

Paulo Leminski.
Traducción de John Galán Casanova.

La naparoia

4/6/25 | |

La naparoia

Los pacientes atacados de naparoia sienten la extraña sensación de que nadie los persigue, ni está tratando de hacerles daño. Esta situación se agrava a medida que creen percibir que nadie habla de ellos a sus espaldas, ni tiene intenciones ocultas. El paciente de naparoia finalmente advierte que nadie se ocupa de él en lo más mínimo, momento en el cual no se vuelve a saber más nunca del paciente, porque ni siquiera puede lograr que su psiquiatra le preste atención.

 Luis Britto García.

La gran alegría de los hombres de números

2/6/25 | |

La gran alegría de los hombres de números

tan queridos
los sofás
más aún las mecedoras
que se balancean
y tanta palabra
en el mundo tanto sonido
no entiendo por qué
tantas rejas también
estoy triste
hasta que pasan
niños
correteando

Novela en doce líneas

28/5/25 | |

Novela en doce líneas

cuánto falta para que nos veamos hoy
cuánto falta para que nos veamos ya
cuánto falta para que nos veamos todos los días
cuánto falta para que nos veamos para siempre
cuánto falta para que nos veamos un día sí y un día no
cuánto falta para que nos veamos a veces
cuánto falta para que nos veamos cada vez menos
cuánto falta para que no queramos vernos
cuánto falta para que no queramos vernos nunca más
cuánto falta para que nos veamos y finjamos que no nos vimos
cuánto falta para que nos veamos y no nos reconozcamos
cuánto falta para que nos veamos y no recordemos que un día nos conocimos

Bruna Beber

Circe Maia, el visitante

26/5/25 | |

El visitante

Ha llegado a mi casa en silencio
¿Qué palabras habré de decirle?
Ha llegado a mi alma en silencio,
nadie sabe su nombre.

¡Ah! No es cierto que no lo esperara.
Día a día sentía más cerca
su mirada, sus pasos, y era
una extraña alegría.

–Alguien alza los ojos y ríe–
Un mar rompe sus olas muy lejos.
Dicha-sol conmovida, dorada,
¿cómo he de decirla?

Ahora todo ha nacido de nuevo.
Se ha lavado de viejos disfraces.
La luz canta de pie sobre el agua
luz, ala radiante.
En silencio ha llegado a mi alma.
Nadie sabe su nombre.

Circe Maia.

King Kong se encuentra con Wallace Stevens

24/5/25 | |

Coge dos fotografías—
Wallace Stevens y King Kong
(¿Es significativo que coma plátanos mientras escribo esto?)

Stevens es gordo, bonachón, un blanco corte de cepillo
corbata a rayas. Hombre de negocios excepto
en las manos oscuras y gruesas, el cerebro desnudo
el pensamiento en él.

Kong vacila
perdido nuevamente en las calles de Nueva York
a sus pies una freza de irritados coches.
La mente no está en ningún sitio.
Los dedos son de plástico, eléctricos bajo la piel.
Está a lo que diga la Metro-Goldwyn-Mayer.

Entretanto W. S. en su traje
está pensando el caos está pensando vallas.
En su cabeza —las semillas de dolor nuevo
su exorcizar,
el rugido de sangre encerrada.

Las manos se escurren de su chaqueta,
posan en la sombra del asesino.

Michael Ondaatje, traducción de Bernd Dietz).

Philippe Druillet

21/5/25 | |

Un par de poderosas páginas dobles (una de Salambo y otra de Lone Sloane) de Philippe Druillet.

Conan, a lo John Buscema

20/5/25 | |

Una ilustración de John Buscema.

Conan, a lo Barry Windsor-Smith

19/5/25 | |

Una bárbara ilustración de Barry Windsor-Smith.

Conan, a lo Coleby

16/5/25 | |

Dos Conan, dibujados por Simon Coleby.

El país y el progreso

15/5/25 | |

EL PAÍS Y EL PROGRESO 


Anoche cuando volvía a casa, me pareció que había desembocado en la calle Tucumán del siglo pasado, aún más pueblerina y más pobre que la actual. En este país, que hasta ayer progresaba, la situación se repite de vez en cuando, y uno se encuentra en lugares cuya desolada modestia corresponde a un álbum de fotografías viejas. 

Adolfo Bioy Casares, Guirnalda con amores.

La sombra del líder

13/5/25 | |

LA SOMBRA DEL LÍDER 


Un Líder Político iba paseando un día de sol, cuando vio que su Sombra le abandonaba y se iba corriendo.
—Vuelve aquí, sinvergüenza, —le gritó. 
—Si fuese sinvergüenza —respondió la Sombra, aumentando la velocidad— no te habría abandonado. 

Ambrose Bierce, Fábulas fantásticas.

Fragmentos de El desierto de los tártaros (II)

10/5/25 | |

Más fragmentos de El desierto de los tártaros, de Dino Buzzati:

 "En estos años, mientras él estaba en la Fortaleza, habrá perdido muchas buenas ocasiones, pero Giovanni es todavía joven, le queda todo el tiempo posible para remediarlo."

" —Sí, hace demasiado calor —respondió con voz átona, y ambos se dieron cuenta de que todo había acabado. Ahora estaban otra vez lejos, entre ellos se abría un vacío, en vano alargaban las manos para tocarse, la distancia aumentaba cada minuto."

" Giovanni espera paciente su hora, que nunca ha llegado, no piensa que el futuro se ha abreviado terriblemente, ya no es como antaño, cuando el tiempo por venir podía parecerle un período inmenso, una riqueza inagotable cuyo derroche no presentaba ningún riesgo."

" Armándose de fuerza, Giovanni endereza un poco el busto, se ajusta con una mano el cuello del uniforme, echa aún un vistazo al exterior de la ventana, una brevísima mirada, para su última porción de estrellas. Después, en la oscuridad, aunque nadie lo vea, sonríe."

De El desierto de los tártaros, de Dino Buzzati

9/5/25 | |

Fragmentos de el El desierto de los tártaros, de Dino Buzzati (traducción de María Esther Benítez): 

"...ya no le quedan muchos años, y si esta vez no es la buena, probablemente todo ha acabado. No es el miedo lo que lo detiene, no es el pensamiento de poder morir. Ni se le pasa por la cabeza."

" La razón es que Filimore ha esperado demasiado, y a cierta edad esperar cuesta un gran trabajo, ya no se recobra la fe de cuando se tenía veinte años. Demasiado tiempo ha esperado en vano, sus ojos han leído demasiadas órdenes del día, demasiadas mañanas sus ojos han visto esa maldita llanura siempre desierta."

" ¿Y si por un caminito, en medio de los setos, avanzase una hermosa muchacha, y cuando pasáramos a su lado a caballo nos saludase con una sonrisa?"

"...y como tú otros muchos, os habéis obstinado demasiado tiempo esperando, el tiempo ha sido más rápido que vosotros, y no podéis empezar de nuevo."

Sus últimas lecturas (en medio de la FILBO)

8/5/25 | |

SUS ÚLTIMAS LECTURAS 


Solo y aterrado, en una noche lluviosa, falleció de un ataque cardiaco mientras leía. Alrededor del sillón de lectura estaban desparramadas las obras completas de Edgar Allan Poe, de H. P. Lovecraft, de Bram Stoker. Durante el entierro, con muy escasa concurrencia, el orador fúnebre hizo notar que el muerto fue sin duda el más sensible crítico literario que jamás haya existido, un espíritu fino. Los crujidos del ataúd cuando era devorado por la tierra parecieron confirmar las palabras. 

René Avilés Fabila.

Como un búmerang

6/5/25 | |

Como un búmerang 


Tiene la manía de estar enfermo, lo dice a todo el mundo, el rumor corre y finalmente retorna a él. Se entera así de que está muy grave, según opinan los demás. Entonces vuelve a lanzar la noticia en un tono catastrófico. Y finalmente, amplificada de boca en boca, la noticia lo alcanza por segunda vez, como un bumerang. Así se entera de que está muerto. 

Dino Buzzati.

...

5/5/25 | |

Una vez sucedió que en un teatro se declaró un incendio entre bastidores. El payaso salió al proscenio para dar la noticia al público. Pero este creyó que se trataba de un chiste y aplaudió con ganas. El payaso repitió la noticia y los aplausos eran todavía más jubilosos. Así creo yo que perecerá el mundo, en medio del júbilo general del respetable que pensará que se trata de un chiste. 


Søren Kierkegaard, Diapsálmata.

La patinadora

4/5/25 | |

LA PATINADORA 


Era la patinadora empedernida. Iba la primera y salía la última. 
Hasta que un día no fue al skating helado, porque había logrado la gloria de los patinadores: morir de pulmonía. 
Ramón Gómez de la Serna, El alba y otras cosas.

La ciudad

3/5/25 | |

LA CIUDAD 


En la ciudad desierta un hombre piensa en voz baja. El silencio vocifera y apaga el pensar del hombre. El hombre piensa en voz alta. El silencio vocifera y ahoga el pensamiento del hombre. El hombre, sin pensarlo, grita. El silencio, ya afónico se resigna. Los ecos de la ciudad desierta repiten hasta el infinito ese único sonido. El hombre, aunque se ha tapado los oídos con las manos, ya no puede pensar. 

Laura Krauz.

Batman a lo Guillem March

2/5/25 | |

 Una doble página de Guillem March, para Batman #101.

El contagio de los géneros

1/5/25 | |

EL CONTAGIO DE LOS GÉNEROS 


Aquel que olía todos los días en la tienda de loza el recochado de los cacharros se fue convirtiendo en botijo, su mujer en sopera y la niña en jarrita. 
Tan de loza eran que todos murieron de caídas. Todos se rompieron el día menos pensado. 

Ramón Gómez de la Serna, Trampantojos.

Amor al resguardo

30/4/25 | |

Amor al resguardo 


Ella estaba enamorada del pediatra de su hijo. Sola en el campo, ¿alguien la puede culpar? 
Había un elemento de inmensa pasión en este amor. También había algo de resguardo. El hombre estaba del otro lado de una barrera. Entre ella y él: el nene en la cama del consultorio, el consultorio mismo, los empleados, su esposa, su esposo, su estetoscopio, su barba, sus pechos, los anteojos de él, los anteojos de ella, etc.
Lydia Davis.

Batman, al estilo de Alex Maleev, Tim Sale y Jim Steranko

29/4/25 | |

Tradd Moore, heraldo comiquero

27/4/25 | |

Para revisar y alucinar: el trabajo del historietista Tradd Moore.

Susie Brown estará en la ciudad

26/4/25 | |

Susie Brown estará en la ciudad 


Susie Brown estará en la ciudad. Estará en la ciudad para vender sus cosas. Susie Brown se mudará muy lejos. Quiere vender su cama matrimonial. ¿Queremos su cama matrimonial? ¿Queremos su silla otomana? ¿Queremos sus artículos de baño? 
Es tiempo de decirle adiós a Susie Brown. Nos gustaba que fuera nuestra amiga. 
Nos gustaban sus clases de tenis.

Lydia Davis.

Lord Mystery

25/4/25 | |

 Lord Mystery
Dotado como ninguno para las artes circenses, el aristócrata inglés al que llamaremos Lord Mystery era capaz de realizar un triple salto mortal, de sostener hasta doce platillos girando simultáneamente, de asombrar a los espectadores con su magia, de hacerse obedecer por ocho leones y quince tigres encerrado con ellos en la jaula, de mantener en el aire dos ceniceros, un libro y cuatro pelotas livianas, pero no podía enamorarse, quizás porque no era un truco ni una ilusión, y tampoco dependía de su habilidad.
Ana María Shua.

El alma perdida

24/4/25 | |

Ilustraciones de Joanna Concejo, para El alma perdida de Olga Tokarczuk.